• 2 de mayo de 2024 04:28

La lluvia no puede con la romería de La Flor de Lena: «Aquí estaríamos aunque hubiera nevado»

A La Flor de Lena se viene. Y fueron cientas de personas las que a lo largo del día de ayer, lunes 8 de abril, se acercaron al Prau La Flor, donde pese a la lluvia, que llegó a ser intensa en algún momento de la mañana, los romeros aguantaron hasta bien entrada la tarde, posteriormente, la celebración continúo en los bares de La Pola.

Un Prau de La Flor que cambio de color, del verde de primera hora al marrón embarrado del final de la jornada, después de las pisadas a lo largo de todo el día. Ante las lluvias de las jornadas previas y esa misma mañana, hubo quienes cambiaron y, pese a lo que marca la tradición, en lugar de acercarse por el Camín Real lo hicieron por la carretera a Piedracea. También hubo muchos que optaron por acercarse en coche a la localidad.

Aunque hasta esa misma mañana se mantuvo en el aire, quienes no pudieron subir este año al Prau La Flor fueron las Amas de Casa con su tradicional exposición, puesto que había riesgo de que la furgoneta que acercaba las empanadas quedará encallada en el prau.

Los más madrugadores, además de los organizadores, eran los cofrades que acudían a la misa de las once, previa de que a las doce se celebrará la misa abierta al público así como la procesión, para la que el tiempo dio una tregua, aunque no muy larga, puesto que el momento de más lluvia fue pocos minutos después, aún con la misa en marcha.

Cabe destacar un detalle especial en esa procesión, las costaleras repitieron sacando a la Virgen de La Flor 40 años después, como muestra una fotografía de aquel 1974. Durante la misa, el párroco recordó un año más la importancia de la parte religiosa de la fiesta, sin la que no existiría nada más.

Ante la lluvia, los exteriores de la Ermita o algún toldo, como el instalado para, en un principio, la exposición de las Amas de Casa, sirvieron para refugiarse de la lluvia. Hubo quienes, con mucho ingenio, lograron una especie de plataforma elevada bajo el puente que cruza el río. Y un éxito fueron los ponchos para la lluvia repartidos por los vendedores ambulantes, que llegaron a agotar existencias pese a que estos llegaban a venderse por encima de los cinco euros, cuando se pueden encontrar por unos 60 céntimos, la ley de la oferta y demanda y estar en el lugar y momento correcto hicieron que la jornada les saliera de lo más rentable.

Sí, la lluvia hizo acto de presencia, pero no, no pudo con la celebración de la festividad de La Flor de Lena. Y es que «un poco de lluvia no va a acabar con esta tradición«, apuntaba uno de los romeros, que añadía «salvo pandemia, he venido siempre, desde que era un enano«. Tras la celebración religiosa, que volvió a contar con el Coro La Flor, se procedía a la Puya’l Ramu, donde pese al mal tiempo y que, evidentemente, la afluencia era menor a otros años, y gran parte eran jóvenes que no suelen participar en la puya, «aún así la cosa no fue tan mal«.

Pasado el mediodía comenzó la música, un año más de mano de David Payares, que amenizó durante horas la festividad ante un público que, pese a lo «gris» del día dio todo en una pista de baile que, con el paso de la tarde, dejo paso a una pista de patinaje, y es que algo que no falto fueron caídas. Pese a lo desapacible del tiempo, tampoco falto a la cita la sidra, las viandas y esos momentos para rencontrarse con amigos, vecinos, familiares y compartir momentos en «el mejor lunes del año«. Ahora, la vista se pone en el siguiente «mejor lunes», el del 28 de abril de 2025.

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