«Va para largo«, señalaba ayer Oscar Puente, ministro de Transportes. Y además de ir para largo, los expertos señalan que será costoso. Tras el deslizamiento producido el domingo en la AP-66 (Autopista del Güerna), gestionada en concesión por Aucalsa, permanece cortada en el punto kilométrico 76 en ambos sentidos de circulación y se está desviando el tráfico por la N-630, el Puerto Payares.
Para posibilitar la reanudación del tráfico por esta vía se va a ejecutar un bypass para que se pueda recuperar la circulación por una calzada con un carril para cada sentido. Para garantizar la seguridad se colocarán provisionalmente unas pantallas de protección dinámicas que impidan que nuevos posibles desprendimientos puedan alcanzar el bypass que se va a construir.
En la mañana de ayer ya se abría un paso en la autopista para que pueda pasar la maquinaria de conservación que comience los trabajos de retirada del material desprendido. Especialistas en geología y geotecnia, que en la mañana de ayer analizaban in situ el punto en el que ocurrió, han concluido que «el deslizamiento tiene tal magnitud que llevará tiempo solucionar el problema«.
Por otro lado, y ante la alerta de previsión de nieve a 1.000 metros se va a reforzar la N-630 con cuatro máquinas quitanieves adicionales, mientras que se aconseja a los camioneros evitar el Pajares y rodear por Cantabria.