Pasaba la medianoche de este sábado cinco al domingo seis de octubre cuando un fuerte golpe, seguido de un largo chirrió, alerto a los vecinos del entorno del Barrio de Santa Cristina, en La Pola. Un conductor ebrio, que en la prueba de alcoholemia dio una tasa muy superior a la permitida, reventó el neumático, chocando más adelante contra una furgoneta y abandonando el lugar del accidente, aunque el estado del vehículo impidió que este pudiera continuar mucho más lejos.
Pocos metros más adelante de la sede de la Cruz Roja un coche reventaba el neumático, lo habitual sería detener la marcha de inmediato, pero este joven conductor decidió continuar sin medir las consecuencias. Apenas unos metros más adelante, aún en la misma Calle Luis Menéndez Pidal, tras invadir completamente el carril contrario golpeaba a una furgoneta que se encontraba bien estacionada, provocando daños en ella. A su vez, con el golpe, esta furgoneta se desplazaría hacía atrás hasta topetar con otra furgoneta también aparcada.
Si con el reventón del neumático el conductor decidió continuar la marcha, también tras chocar contra la furgoneta, pese a que poco a poco iba perdiendo la goma neumática que recubría la llanta, como muestran las marcas en el asfalto, donde ha quedado marcado su recorrido. Además, el ruido del roce del metal de la llanta contra el suelo provocaba un estridente ruido.
Tras avanzar otros cuantos metros, la rueda perdía completamente el neumático, tampoco fue el momento de detenerse. El conductor intento continuar, logrando avanzar otros tantos metros con la llanta totalmente vista, hasta que continuar con la marcha fue ya imposible, en la Calle Ramón Pérez de Ayala, unos metros antes de la estación de autobús.
Fueron los propios vecinos de la zona los que, alertados por el ruido y presenciando la escena, llamaron a emergencias, de inmediato se movilizó a la Policía Local y a la Guardia Civil, que atendieron la situación y realizaron al conductor las pruebas de alcoholemia, en las que dio positivo superando con creces la tasa permitida. Entre los que, alertados por el ruido, bajaron a la calle a ver que sucedía, se encontraban los propios dueños de la furgoneta afectada, que pudieron comprobar los daños en su vehículo. Finalmente, una grúa retiraba el vehículo para reabrir la calle, que durante la intervención fue cortada al tráfico, desviando el tráfico, mientras que los agentes continuaban con la investigación y los atestados.