Durante el pasado 2024, FAPAS plantaba 2.141 “Árboles Gourmet para el Oso”, valorando por primera vez los resultados respecto de las plantaciones tradicionales de miles de árboles para ayudar al oso. Las plantaciones se realizaban gracias al apoyo de ENAGAS (1.080 árboles), EDPRenovables (600 árboles), Fundación EDP (300 árboles) y de los socios y colaboradores de FAPAS (161 árboles).
La mayor plantación, correspondiente con la donación de ENAGAS, un total de 1.080 árboles gourmet, fueron plantados en el Valle de Payares. Otras plantaciones tuvieron lugar en los montes de la pequeña aldea leonesa de Tejedo del Sil o en el concejo vecino de Quirós.

Todas las plantaciones se realizaron en colaboración con los vecinos y propietarios de las fincas. «Estamos acostumbrados a que las críticas por la presencia de los depredadores provengan de los propios vecinos de los pueblos. Con este proyecto, FAPAS ha alcanzado un hito muy importante. Todas las plantaciones de estos proyectos se han llevado a cabo en colaboración con los vecinos de los pueblos, siendo ellos mismos, ganaderos y apicultores quienes facilitan el terreno para plantarlos«, rememoran desde FAPAS.
En Payares, en una finca muy cercana a la plantada por FAPAS gracias a la donación de ENAGAS, habrá una nueva plantación de la mano de la Fundación FUNDEM, que ha adquirido una finca de unas tres hectáreas para este fin.

Con el objetivo de eliminar los daños directos de los osos a la apicultura, en el Valle de Payares desde FAPAS trabajaron con un apicultor de la zona instalando los sistemas de protección que permiten a los apicultores mantener a salvo sus colmenas del oso. Durante los meses de agosto y septiembre, procedieron a la protección de tres de los colmenares del valle que se encontraban con mayor riesgo de sufrir daños de oso.
Por otro lado, se realizaba esaa plantación de 1.080 “Árboles Gourmet” para el oso «con la doble finalidad de generar recursos alimenticios y en el futuro evitar el acercamiento de los osos a los pueblos que van en busca de comida«, apunta FAPAS. Se trata de plantaciones compatibles con las actividades tradicionales del territorio, especialmente la ganadería extensiva.

Las plantaciones se realizaron en unos terrenos «cedidos por un apicultor local que entiende que el oso no solamente no es un enemigo, también puede ser un aliado«, valora FAPAS, que añade «una vez protegidos los colmenares, plantar en su entorno frutales será un gran apoyo a las abejas que van a encontrar millones de flores en el entorno del colmenar, por tanto, mayor productividad de miel. Buscar y encontrar estas sinergias de cooperación entre la conservación del oso y las actividades tradicionales debe de formar parte de las estrategias de conservación de una especie que aún sigue estando en grave riesgo de extinción«.

Los árboles cuentan con una esperanza de supervivencia de entre 75 y 100 años y «cuando alcancen su madurez estarán produciendo una ingente cantidad de alimento que estará a disposición de la fauna silvestre. Posiblemente entre 100.000 y 150.000 kilos de fruta«, apunta FAPAS.
