El Teatro Vital Aza se vestía de gala esta tarde para acoger el acto oficioso con el que se da inicio a Les Feries, con un emotivo pregón del investigador Eduardo F. Fernández en el que ha recordado les Feries de su niñez y adolescencia, antes de marcharse de Lena por motivos laborales. En el mismo acto se han entregado los premios de los concursos para los carteles. El langreano Jorge Obelleiro fue el autor del dibujo «Ven y llena Ḷḷena», que ilustra el cartel principal de Les Feries. Por su parte, el lenense Isaac Julián Ferrero fue el ganador del concurso de fotografías para ilustrar el cartel de la feria ganadera, con su fotografía titulada «Pastos Asturianos».
Además de las intervenciones de las responsables municipales, en el mismo acto intervinieron el Coro La Flor y Güestia.
A continuación, texto integro del pregón:
Señora Alcaldesa, Señoras y Señores Concejales, Vecinos y Vecinas de La Pola, Visitantes en su conjunto, Amigos y Amigas, Familiares…Buenas noches!
En primer lugar, permítanme enviar un especial agradecimiento a mi gran amigo Lucas, y a su padre Juan, por haber contribuido a que yo esté aquí en estos nmomentos con vosotros, de corazón, muchas gracias.
Permítanme también enviar un abrazo a mi hermano y un beso a mi madre, ambos aquí presentes. También otro a mi padre, el gran ausente, esté donde esté, y que sin duda estaría muy orgulloso de presenciar este acto. Él me enseñó, entre otras muchas cosas, el amor por la ciencia y el conocimiento, razón por la que también estoy aquí y he llegado hasta donde estoy.
Bien, como muchos sabréis, después de deambular bastante por el mundo, actualmente vivo en Jaén, donde dirijo un grupo de investigación en tecnología fotovoltaica en la Universidad. Aunque igual muchos no lo sabréis, Jaén es bastante montañosa, y tiene una gran riqueza natural. Lo curioso es que para salir de Jaén, hacía el norte se cruza un túnel bastante largo que da entrada a Castilla La Mancha…de igual forma que se cruza el Negrón para entrar en Asturias. A veces tengo la sensación que tomó un túnel en Jaén y salgo directamente a Asturias donde vuelvo a reencontrarme con las montañas y la naturaleza.
Siempre que entro en Asturias, y veo los Valles de La Pola, las montañas, Las Ubiñas, La Mesa, se me pone la piel de gallina por la belleza natural que tenemos. Realmente ningún sitio en el mundo nos puede mirar por encima del hombro, por esto y por otras muchas razones. Bien lo sabéis muchos de los que os encontráis aquí, podemos sentirnos todos muy orgullosos de esta tierra y de su gente.
Por supuesto, todo esto se une con mis recuerdos, los cuales me gustaría conectar al tipo de ferias que he vivido a lo largo de estos años. En este sentido, aprovecho para compartir algunos de esos recuerdos y vivencias que espero que muchos de vosotros sintáis como vuestras de alguna manera.
Las primeras ferias que recuerdo se conectan con mi niñez, y las recuerdo con olor a callos. Mi madre, al igual que mi abuela Albina, y mi bisabuela Ursula, tenían un bar en Sotiello. Sotiello, donde había más gatos que personas. Pues bien, el bar llegó a tener en su día una fama notable, siendo un importante lugar de encuentro social en el Valle del huerna, tenía una gramola, una pista de baile y se organizaban hasta obras de teatro. Allí se hacían kilos y kilos de callos que iban a degustar los vecinos de todo el concejo. Por cierto, debo admitir que a mi personalmente los callos no me gustan.
En Sotiello fuí al colegio rural Huerna-Pajares, donde tuve a mi primer profesor, Jose Luis, que era como de la familia. Me consta que su mujer se preguntaba quién era ese Eduardo, ya que se pasaba muchas noches, entre sueños, diciendo, “Eduardo estate quieto o Eduardo callate”. Le mando un abrazo esté donde esté. Aprovecho también para reivindicar los colegios rurales, el tipo de educación que tuvimos, la atención personalizada, donde podías estudiar asignaturas de varios cursos al mismo tiempo, es algo que aprendí a valorar muchos años después.
En Sotiello aprendí otras muchas cosas, entre ellas a aburrirme, lo cual se ha demostrado que fomenta la creatividad, lo que me ha servido en toda mi carrera sin ninguna duda. El segundo tipo de ferias que me gustaría recordar está relacionada con mi época en el Instituto de Pola de Lena y primeros años en la Universidad. En esta época conocí a grandes amigos, Lucas, Efren, Hector, Abram o Martín, que a día de hoy tengo la suerte de seguir contando como tales, y con los que he vivido mil y una aventuras. Entre ellas, el camino de Santiago que hicimos, y la cuenta pendiente de repetirlo, a ver si esta noche fijamos una fecha aprovechando la ocasión.
En el instituto no fuimos siempre estudiantes modélicos, pero salimos adelante. Allí profesoras como Ana, que daba filosofía, o Sira, que daba física, tuvieron que batallar con el carácter rebelde propio de esos años. Las ferias en esa época eran las que se esperan, salir y pasarlo muy bien juntos. En esa época, contrariamente a este momento, en el que abro las ferias, nosotros solíamos cerrar las ferias, siempre nos pillaba el sol.
Las terceras ferias que me gustaría mencionar son las que están por venir. Reivindico el mundo rural, el que considero es la esencia de cualquier sociedad. No tanto como los urbanitas, que tienen valores muy similares en todo el mundo, y que no representan, en mi humilde opinión, la verdadera riqueza de una nación o región. En todo lo que esté por venir, las ferias deberán seguir siendo un momento de encuentro sensacional para todos los vecinos y merodeadores.
Personalmente creo que La Pola tiene mucho futuro como la entrada a Asturias que es, gracias al esperado AVE, y la tendencia de la sociedad a moverse a zonas rurales. Esto se deriva también de la crisis del Covid, toda crisis supone una oportunidad. Por eso, me gustaría que todos nos sintamos positivos ante el futuro y orgullosos de ser de la La Pola.
Finalmente, y ya que estamos en fiestas, me gustaría reivindicar una tradición muy Asturiana y de La Pola, la de cantar en los bares y chigres tomando unas sidras, unos vinos, o lo que cada uno prefiera. Recuerdo estar con mis amigos en ferias en bares con el Trisquel, donde se juntaba gente de toda edad y condición, para pasar el rato y discutir sobre los misterios de la vida…filosofía de alto nivel la que se respiraba. Como no, siempre se terminaba cantando, cada uno aportaba sus gustos y talento, unos más y otros menos, y surgía una magia que solo permite la música compartida. Muchos sabréis de qué hablo.
Entonces, os animo a que en estas ferias, cantéis mucho, con familiares, amigos, antiguos y nuevos, y que lo disfrutéis. Y para dar ejemplo, el primero que se va a arrancar a cantar voy a ser yo. Si alguien canta tonada, le pido disculpas, y más tarde cuando nos veamos por la calle puede venir a demostrarme cómo se canta de verdad.
El espíritu sería este:
X2 Nací en la Pola….de Lena
Puxa Asturias, Puxa la Pola, y Felices ferias a todos, todas y todes!