• 23 de noviembre de 2025 08:06

La recogida orgánica se estrena en Lena: los nuevos contenedores marrones llegan a La Pola, Campomanes y Villayana

Los vecinos de La Pola han amanecido esta semana con una novedad visible en sus calles: la aparición de contenedores marrones junto a los ya conocidos verdes, novedad que se extenderá a Villayana y Campomanes. Esta nueva dotación marca el inicio de la recogida selectiva de residuos orgánicos en el concejo, una medida que se implanta en una primera fase en las tres principales localidades de Lena.

La instalación de estos contenedores, gestionada por Cogersa, no es opcional: responde al cumplimiento de la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular, que obliga a los municipios de más de 5.000 habitantes a habilitar esta recogida diferenciada. El plazo legal para hacerlo ya ha vencido, por lo que Lena da ahora el paso definitivo para cumplir con esta normativa estatal. Además el consistorio cuenta con una subvención específica para ello.

La puesta en marcha del nuevo sistema incluirá en breve una campaña de información ciudadana, que irá acompañada del reparto de cubos, bolsas y material explicativo para facilitar su uso desde los hogares.


¿Qué es el contenedor marrón y para qué sirve?

El contenedor marrón está destinado exclusivamente a residuos orgánicos, es decir, aquellos de origen biológico que pueden transformarse en compost o energía. Su implantación responde a la necesidad de reducir la cantidad de residuos que acaban en vertedero y mejorar la eficiencia del reciclaje.

En este contenedor deben depositarse restos de comida (cáscaras, pieles de fruta, espinas, posos de café…), papel de cocina usado, servilletas y restos vegetales como flores o plantas.

Por el contrario, no deben tirarse en él objetos como pañales, colillas, toallitas húmedas, arena para gatos, pelo, cerámica o chicles, ya que no son materiales compostables y dificultan el proceso de tratamiento.


Reciclar bien también afecta al bolsillo

Reciclar correctamente ya no es solo una cuestión de conciencia ambiental, sino que tiene también consecuencias económicas directas para la ciudadanía. La nueva normativa europea de residuos obliga a los ayuntamientos a repercutir el coste de la recogida directamente sobre los vecinos si no se alcanza el 55% de reciclaje exigido por la Unión Europea. En Asturias la media se sitúa en el entorno del 25%, por lo que nos encontramos muy lejos de ese objetivo del 55%.

Muchos ayuntamientos asturianos ya están aplicando o preparando ordenanzas locales para aplicar estos cargos. En este contexto, una correcta separación de residuos en origen puede evitar futuras tasas y penalizaciones.

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