Las consecuencias de la avería ferroviaria registrada ayer en Villayana no se limitaron a la suspensión de servicios y a las más de tres horas de espera. Los 17 pasajeros atrapados en el tren han mostrado su malestar por la forma en que se gestionó la incidencia, con testimonios muy críticos hacia la compañía.
“Tercermundista”, así calificaron algunos usuarios la experiencia vivida. Los viajeros denuncian que, tras permanecer más de dos horas y media esperando a plena luz del día, finalmente fueron evacuados ya entrada la noche.
Entre las quejas más repetidas figura la falta de previsión y de atención a los viajeros. Relatan que no se les ofreció agua en ningún momento y que, además, en el interior del tren se apagó el aire acondicionado y la iluminación, lo que hizo aún más incómoda la espera. Según los afectados, tampoco se atendió a su petición de abrir las puertas para ventilar el convoy, lo que aumentó la sensación de agobio. “Nos dejaron a oscuras y sin aire”, apuntó uno de los presentes.
La evacuación obligó a los pasajeros a caminar unos 500 metros por las vías, en plena oscuridad, únicamente con la ayuda de las linternas de los agentes y sus teléfonos móviles. “Para colmo, después de caminar 500 metros por las vías, cuando llegamos a pie de carretera nos encontramos con un único taxi para trasladar a 17 personas, teniendo que dar este varios viajes y retrasando considerablemente nuestra vuelta a casa”, explicó otro de los afectados.
La frustración se resume en otra de las quejas recogidas: “Teníamos que llegar poco después de las siete y llegamos pasadas las once”. Los afectados adelantan que presentarán una reclamación formal por lo sucedido. «Si en una situación sencilla como la nuestra, con pocos pasajeros y en una zona medianamente accesible, la gestión ha sido un desastre, ¿qué pasara ante situaciones de mayor complicación?«, se preguntaba otra de las usuarias, que agradecía la labor de la Guardia Civil «ante el despropósito de Renfe«.

